No os asustéis por el título, la Traqueobronquitis Infecciosa Canina, no es otra cosa que lo que conocemos como la Tos de las Perreras (equivalente a una gripe humana, es decir, molesto, de propagación rápida y que generalmente no suele ser una patología grave, pero debe tratarse para evitar complicaciones).
Algo muy típico que nos suele pasar con la tos de las perreras es que nos lleguen pacientes a la consulta (incluso de urgencias) por supuesta ingesta de cuerpo extraño, ya sea un hueso, juguete, calcetín….Durante la exploración del paciente, aprovechamos a realizar la anamnesis al propietario y generalmente juran y perjuran que su mascota ha ingerido algo y debe tenerlo alojado en la garganta. Tras descartar la presencia de cuerpo extraño, si la anamnesis al propietario nos hace sospechar en esta afección, realizaremos la prueba del reflejo tucsígeno para confirmar nuestro diagnóstico.
¿Qué es?
La tos de las perreras, tos perruna/canina o como científicamente se la conoce, traqueobronquitis infecciosa canina es una enfermedad canina de aparición aguda, producida por dos patógenos principales, los virus de la parainfluenza y adenovirus canino tipo 2 y la bacteria Bordetella bronchiseptica.
Como su nombre científico indica, es una enfermedad INFECCIOSA, esto quiere decir que es muy probable que cuando hay varios perros en una misma casa, TODOS terminen contagiados, o al menos aquellos que no tienen las defensas 100% (abueletes y animales jóvenes) lo mismo que ocurre cuando las personas nos resfriamos. El contagio se produce mediante el contacto de las secreciones de animales enfermos, esto quiere decir que, nuestros peludos se pueden contagiar al oler la misma zona que ha olido un animal infectado, o al compartir el cuenco de agua o comida. Esto mismo pasa en los animales que van al parque canino, por tanto, y esto nos sirve para todo, si sospechamos que nuestro animal está enfermo NO DEBEMOS DE LLEVARLE A SITIOS DONDE HAYA MÁS PERROS.
Otros sitios donde pueden darse los contagios es en las perreras (de ahí su nombre), exposiciones caninas, residencias caninas, centros veterinarios, centros de adiestramiento…en definitiva, en lugares donde se den grandes concentraciones de animales, o por donde haya pasado algún animal con la enfermedad. Los animales más expuestos son aquellos que están mal nutridos, convalecientes, los que hayan sufrido estrés pocas horas- días antes (el estrés baja las defensas), y como hemos dicho antes, animales jóvenes y ancianos.
Síntomas
La presentación es de forma aguda, es decir, rápida. De repente el animal no para de toser, las toses llegan a ser tan intensas que incluso el animal puede llegar a caer al suelo por el esfuerzo (en casos muy severos) y esputan flemas blancas o molestan al propietario cuando está descansando. A la tos se le une que el animal cuando ladra se le nota “afónico”, disminuye la ingesta de comida o deja de comer, secreción nasal (color transparente), notamos a nuestro compañero aletargado, unido a que cuando se pone nervioso empieza a toser o cuando se tira del collar, en algunos casos también tienen lagrimeo. En casos muy puntuales, la enfermedad puede evolucionar y empezar a producir mocos (verdes/ amarillentos), flemas, vómitos y fiebre, incluso en cuadros graves producirse neumonía.
Tratamiento
El tratamiento radica, principalmente en controlar los síntomas, por lo que dependiendo del caso concreto que estemos tratando, se le administrará el tratamiento más adecuado que necesite nuestro paciente. Hay veces que basta con un antiinflamatorio, otras se combinará con antitusivos o con medicamentos para subir las defensas, por tanto el tratamiento SIEMPRE será individualizado. En casos más graves, tales como que el paciente presente fiebre, apatía y en la exploración pulmonar se escuchen sonidos pulmonares alterados, además de la exploración se recomienda analítica y radiografía de tórax para valorar la afectación pulmonar y en estos casos se administrarán antibióticos.
Por norma general, la enfermedad se controla en unos 7-10 días. En algunos casos puede quedar una tos residual (en momentos puntuales de mucha agitación o al tirar de la correa tose) durante unos 7-10 días más. En casos graves en los que hay afectación pulmonar, el tratamiento, hasta dar completamente el alta se puede alargar unos 15-20 días.
Siempre se recomienda que un animal al que se le ha diagnosticado la tos de las perreras, permanezca en reposo en casa y que las salidas a la calle sean cortas e intentando evitar zonas donde suelan pasear otros perros para dificultar todo lo posible el diseminar la enfermedad.
¿Cómo se puede prevenir?
La recomendación es vacunar, sobre todo a animales seniors, cardiópatas, animales que ya hayan tenido la enfermedad y les haya costado superarla, animales inmunodeprimidos o animales que vayan a residencias, parques caninos o exposiciones caninas.
Cómo bien sabéis, optamos por la vacunación individualizada en nuestro plan vacunal, por lo que cuando ponemos las “vacunas anuales” por norma general rabia y polivalente, ya se incluye, en esta última, la dosis contra el virus de la parainfluenza, pero se nos queda corta.
En nuestro caso, recomendamos vacunar con la vacuna especifica de la tos de las perreras, ya que también lleva la bacteria Bordetella, que es otro de los patógenos causantes de la enfermedad.
En todos los casos, la recomendación es que la vacunación sea anual.
Resumiendo
Animales con los que debemos tener especial cuidado
- Cachorros
- Seniors
- Inmunodeprimidos o con afecciones cardíacas o pulmonares.
- Aquellos que ya la han padecido llegando a desarrollar neumonía, ya que suelen ser propensos a presentar complicaciones.
Consejos para dificultar el contagio
- Vacunar
- Evitar corrientes.
- Animales con baja masa grasa (galgos, podencos, chihuahua, yorkshire…), no estaría de más ponerles un abrigo cuando las temperaturas sean bajas.
- Higiene de las zonas frecuentadas por el perro.
- Buena alimentación.
- Evitar zonas con aglomeraciones de perros.
- Evitar interacciones con perros que presenten síntomas.
- Si nosotros hemos estado en contacto con un perro enfermo, antes de tocar a otros nos cambiaremos de ropa y nos lavaremos bien las manos (si nos damos una ducha, mejor que mejor)
- En caso de tener más de un perro y que uno presente los síntomas, a poder ser, mantenerlos totalmente separados. Si esto no fuera posible, controlad la evolución del animal sano, ya que tiene alta probabilidad de contagiarse, por lo que con este también deberemos evitar las interacciones con animales externos al núcleo familiar.
Sintomatología
- Presentación aguda
- Tos seca que termina en arcada o expulsión de flema
- Apatía
- Letargia
- Disminución de la ingesta de alimento (sobre todo duro)
- Afonía
- Podemos encontrar también, dependiendo de la gravedad:
- Fiebre
- Anorexia
- La tos termina en vómito
- Legañas en ojos y/o lagrimeo
Debido a la bajada de temperaturas, están llegando bastantes casos a la clínica, por lo que os recomendamos el extremar precauciones.